jueves, 17 de noviembre de 2016

Un día de perros

El 16 de noviembre de 2016 quedará registrado en la memoria de miles de argentinos (tal vez algunos hoy aún no lo sepan) como un día histórico. El Congreso de la Nación sancionó la ley de prohibición de carrera de galgos asentando así una idea de igualdad de especies sin precedentes casi en este país. La ley de defensa animal que tenemos data de añares atrás y le falta mucho para ser una ley ejemplar como lo es ésta. No voy a entrar en detalles en torno a la ley ni a destacar lo que ya saben que creo en relación a los animales que habitan esta tierra, muchos años antes que nosotros, de una manera mucho más responsable y real. Lo que voy a realizar es un descargo contra los diputados que votaron en contra. Primero, y en breves palabras, me planto contra todos ellos: seres que se dejaron apretar por una mafia espantosa, que de lejos se nota que les chupa un huevo el perro (durante la vigilia por el voto de la ley alzaban a uno como si fuera un trofeo... Basta ver la cara del pobre animal). Estos diputados no quisieron ver lo evidente: los videos en donde estos animales son torturados, las denuncias hechas por las organizaciones sobre el uso de estupefacientes de manera sitemática para "un mejor rendimiento" (en los Facebooks de estos tipos recomiendan qué drogas son mejores), de montas desreguladas de perras que son abandonadas cuando ya no pueden más de parir o bien de correr. Los "galgueros" los tiran a la ruta, quebrados, a morir, cuando no los matan a balazos o los cuelgan de los árboles. A todos esos diputados (la lista la pueden encontrar en Internet), les deseo lo peor. Y a otro grupo de diputados, muy específicamente, les deseo más que lo peor aún, porque corresponden al partido que durante 12 años llevó a este país a un estado de mayor democracia con leyes ejemplares como la de matrimonio igualitario, la de identidad de género, muerte digna, asignación universal, medios, etc. Ahora, cuando se trató de "otra especie" no pudieron. No pudieron seguir haciendo de este país uno más democrático. Y sí pudieron muchos que votaron en contra de esas hermosas leyes ¿Es esto casual...? Claro que no. Claro que la ley de prohibición de carreras de perros en todo el territorio nacional es una elección más fácil de digerir que la ley de medios. Pero justamento por eso, a vos te digo, Juliana Ditulio, Diana Conti, Carlos Kunkel: ¿NO ERA MÁS FÁCIL VOTARLA? Estoy indiganada. Algunos incluyo metían en sus discursos la palabra "trabajo digno". O sea que regentear prostitutas tambièn es un trabajo digno. Es la misma esclavización. Si el perro se "auto entrenara y auto contratara" para correr las carreras, allá ellos. Pero bien sabemos que no tienen la posibilidad, ni el lenguaje para hacerlo. Se los digo, para que les quede claro, aunque me cuesta creer que no lo sepan, loco... Muchos incluso decían que si se trataba esta ley, debería tratarse otras en torno a otras especies animales. CHOCOLATE POR LA NOTICIA, PAPÁ ¡Pero no por eso votás en contra! Es como decir que no vas a la marcha de Ni Una Menos porque la violencia es contra todos los seres humanos. El reclamo tiene que hacerse igual. Me cuesta creer (o no quiero creer) que estos tres diputados (los destaco porque sé que son personas muy idóneas) no supieran esto... Pero su voto fue negativo, así que tengo que enojarme. Es mi deber enojarme, porque siempre voy a defender al Gobierno Kirchnerista. Y por eso aplaudo más que nunca ahora a Axel Kiciloff, Cristina Álvarez Rodríguez y a Juan Cabandié, entre otros, que nos supieron representar. A ellos, gracias. Si queremos un país más democrático tenemos que ir POR TODO, LOCO. De a poco, pero por todo. No sos más poronga porque le digas que no a una ley "friendly" que Macri y Vidal apoyan. Te lo digo yo y muchos del 50% que los elige, que acá la pifiaron mal. Esta era una oportunidad fácil y la dejaron pasar. Mientras tanto sigamos luchando por una Argentina más justa. Para todos y todas de todas las especies.

Un día de perros

El 16 de noviembre de 2016 quedará registrado en la memoria de miles de argentinos (tal vez algunos hoy aún no lo sepan) como un día histórico. El Congreso de la Nación sancionó la ley de prohibición de carrera de galgos asentando así una idea de igualdad de especies sin precedentes casi en este país. La ley de defensa animal que tenemos data de añares atrás y le falta mucho para ser una ley ejemplar como lo es ésta. No voy a entrar en detalles en torno a le ley ni a destacar lo que ya saben que creo en torno a los animales que habitan esta tierra, muchos años antes que nosotros, de una manera mucho más responsable y real. Lo que voy a realizar es un descargo contra los diputados que votaron en contra. Primero, y en breves palabras, me planto contra todos ellos: seres que se dejaron apretar por una mafia espantosa, que de lejos se nota que les chupa un huevo el perro (durante la vigilia por el voto de la ley alzaban a uno como si fuera un trofeo... Basta ver la cara del pobre animal). Seres que no quisieron ver lo evidente: los videos en donde estos animales son torturados, las denuncias hechas por las organizaciones sobre el uso de estupefacientes de manera sitemática para "un mejor rendimiento" (en sus Facebook se recomiendan qué drogas son mejores), de montas desreguladas de perras que son abandonadas cuando ya no pueden más de parir o bien de correr. Los "galgueros" los tiran a la ruta, quebrados, a morir, cuando no los matan a balazos o los cuelgan de los árboles. A todos esos diputados (la lista la pueden encontrar en Internet), les deseo lo peor. Y a otro grupo de diputados, muy específicamente, les deseo más que lo peor aún, porque corresponden al partido que durante 12 años llevó a este país a un estado de mayor democracia con leyes ejemplares como la de matrimonio igualitario, la de identidad de género, muerte digna, asignación universal, medios, etc. Ahora, cuando se trató de "otra especie" no pudieron. No pudieron seguir haciendo de este país uno más democrático. Y sí pudieron muchos que votaron en contra de esas hermosas leyes. Ahora: ¿es esto casual...? Claro que no. Claro que la ley de prohibición de carreras de perros en todo el territorio nacional es una elección más fácil de digerir que la ley de medios. Pero justamento por eso, a vos te digo, Juliana Ditulio, Diana Conti, Carlos Kunkel: ¿NO ERA MÁS FÁCIL VOTARLA? Estoy indiganada. Algunos incluyo metían en sus discursos la palabra "trabajo digno". O sea que regentear prostitutas tambièn es un trabajo digno. Es la misma esclavización. Si el perro se "auto entrenara y auto contratara" para correr las carreras, allá ellos. Pero bien sabemos que no tienen la posibilidad, ni el lenguaje para hacerlo. Se los digo, para que les quede claro, aunque me cuesta creer que no lo saben, loco... Muchos incluso decían que si se trata esta ley, debería tratarse otras en torno a otras especies animales. CHOCOLATE POR LA NOTICIA, PAPÁ ¡Pero no por eso votás en contra! Es como decir que no vas a la marcha de Ni Una Menos porque la violencia es contra todos los seres humanos. El reclamo tiene que hacerse igual. Me cuesta creer (o no quiero creer) que estos tres diputados (los destaco porque sé que son personas muy idóneas) no supieran esto... Pero su voto fue negativo, así que tengo que enojarme. Es mi deber enojarme, porque siempre voy a defender al Gobierno Kirchnerista. Y por eso aplaudo más que nunca ahora a Axel Kiciloff, Cristina Álvarez Rodríguez y a Juan Cabandié, entre otros, que nos supieron representar. A ellos, gracias. Si queremos un país más democrático tenemos que ir POR TODO, LOCO. De a poco, pero por todo. No sos más poronga porque le digas que no a una ley "friendly" que Macri y Vidal apoyan. Te lo digo yo y muchos del 50% que los elige, que acá la pifiaron mal. Esta era una oportunidad fácil y la dejaron pasar. Mientras tanto sigamos luchando por una Argentina más justa. Para todos y todas de todas las especies.

jueves, 25 de agosto de 2016

Diva - Annie Lennox

En los 80's hubo muchas bandas emblemáticas. Difícil contarlas con los dedos de la mano. A diferencia de los años 2000, de 1970 para el segundo milenio, todas las décadas estuvieron repletas de bandas y más bandas que marcaron la diferencia en la historia de la música. De la década del surgimiento de MTV, los peinados locos, los sintetizadores y los crucifijos colgantes hay una banda que me encantó desde el comienzo. Cuando yo tenía 1 año, lanzaron Sweet Dreams; a mis tempranos 3 años, sacaron uno de los hits más bellos que jamás escuché como There must be an angel. Sí, Eurythmics es la banda. Y Annie Lennox era la voz. Para comienzos de los 90's la banda se disolvió. David Stweart se convirtió en un productor prodigio además del músico que es y Annie... Annie sacó Diva, uno de los mejores discos que escuché en la vida y que nunca más volveré a escuchar. Lo primero que me sedujo de Diva fueron sus videos. En el canal de música de Cablevisión (aquellos años muy felices), Music 21, empezaron a rotar el catálogo de clips de aquel disco: casi todas las canciones tienen uno. En esa época no era común como ahora. Beyoncé, sin ir más lejos, ya sacó dos "discos visuales". En ese momento Annie sacó el disco y un VHS con la obra audiovisual. Además de la increíble estética, que no era más que un reflejo de esa belleza al estilo "reina de la nieve punk" que siempre tuvo Lennox. los videos contaban a la perfección la historia de las canciones, sin un relato muy literal. No se puede destacar ni un tema o ni un video por encima del otro. A la vez, quedaba a cargo del tema central de la gran versión de Drácula de Francis Ford Coppola. Lo que hizo con Love Song For A Vampire, también brilla El disco abre con Why, una de las baladas más perfectas, dulces; a la vez triste y cruda pero madura. El video la muestra a la cantante sin nada de maquillaje; como si algo la hubiese dejado en bruto, vacía. Pero comienza a maquillarse, a armarse para seguir a pesar de que se sintiera así: la letra habla del fin de una relación. Luego sigue Walking on broken glass, Precious, Legend in My living Room (un tema funkie-soul increíblemente oscuro a la vez). Las baladas Cold, Primitive, Stay By Me y, mi preferida, The Gift, hielan la sangre. Little Birds (con un video que presenta todos los estilos que tuvo Annie Lennox durante su carrera a lo Juana y Sus Hermanas representados por Drag Queens. Annie estaba embarazada) y Keep Young and Beautiful que se remonta al sonido de la música de los años 20. Pocos discos, en mi opinión, después de Diva, lograron la belleza, la calidad, la inspiración, simpleza pero profundidad a la vez, tanto en la interpretación como en la voz de esta mujer única que siempre va a influenciar la música pop de aquí a la eternidad, con todos sus discos, pero principalmente, éste, porque, en su forma, muy distinta de la convencional, es una Diva.

jueves, 18 de agosto de 2016

The Bourne Chemistry

Hay energías que cuando conectan, coindicen en un mismo espacio/tiempo, hacen magia. Trascienden, hablan sin hablar. Pasa con paisajes, como cuando la luna brilla sobre el agua, o hay montañas en el mar. Pasa con personas, como cuando Paul y John escribían o Eva conoció a Perón. Y pasa cuando Paul Greengrass decide volver a filmar la obra de Robert Ludlum y Matt Damon le dice que sí a protagonizarla. The Bourne Identity fue la primera de esta serie de películas basadas en las novelas de Ludlum. Esa primera entrega fue un inicio, una probadita justa, correcta, atrapante, dirgida por Doug Liman. La historia quedó perfectamente plasmada, introducida en nuestros cerebros. La química entre Damon y su co-piloto femenina, Franka Potente, fue infalible. Pero a partir de The Bourne Supremacy, las cosas se pusieron serias. Al punto (spoiler alert) que a pesar de esa maravillosa química, Paul Greengrass -el nuevo director a cargo- decidió respetar la historia y matar a Marie (el personaje de Potente). Y ahí, nos rendimos. Todos abrazamos a Jason Bourne y no lo soltamos más. Aparecerían personajes femeninos que también se aferraban a él y lo protegían como el de Joan Allen y el de Julia Stiles. Pamela Landy (Allen), en The Bourne Ultimatum, le devuelve su verdadera identidad: David Webb. Sin embargo nunca se logra apropiar de su ser. Sigue sin ser. Sigue y sigue y sigue. Por eso también el "nomadismo" de Bourne. No sólo porque lo persiguen sino porque ser en inglés significa lo mismo que estar: to be. Y entonces llega Jason Bourne, la cuarta entrega. Damon le dijo que sí a este rodaje justamente porque creía esta cuestión de la que hablamos aquí. Que la mirada de Greengass es infalible. Por eso quedó tan en el olvido The Bourne Legacy. Ni me pregunten de qué se trataba porque me olvidé de lo pasajera que es esa película. La dirección quedó en manos de Toni Gilroy. Pero no Jason Bourne. El hecho de que la primera persecución (en ésta hay cinco) se dé en una manifestación en Grecia, país europeo vapuleado por el fracaso del sistema capitalista, que se hable puntualmente de la conexión entre redes sociales y organizaciones de control e inteligencia, que la mujer no sea más la buenita, sensible y protectora, no es casual. La lectura de la realidad que hace Bourne, aún en su incertidumbre, en un contexto de espionaje y desconfianza constante habla más de todos nosotros que de aquél que él cree ser o no ser. En esta entrega, el título habla mucho sobre la esencia de la historia. Jason Bourne sigue siendo ese nombre. Como le dice el Director de la CIA interpretado increíblemente por Tommy Lee Jones, incluso pareciera ni importarle David Webb. Pero no es tan fácil. Webb/Bourne fue sometido a mecanismos de tortura y adiestramiento altamente inquebrantables por los que su psiquis pende de un hilo. Así se manejan la mayoría de los centros de inteligencia del mundo en formación de agentes. Su elección queda sumergida en un sin fin de sufrimientos y finalmente es anulada. Se eligen personas cuyo motivo en la vida es incierto, quienes no creen tener otra razón para existir. Los reclutan y los transforman es las máquinas que vemos en la película. Ojalá que Jason Bourne sea el reencuentro de este trío infalible y que podamos ver a nuestro héroe tan humano a pesar de todo, encontrar su razón de existir.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Mi vida sin Manu

Hace 14 años empecé a enloquecer por el basquet. El mundial de Indianapolis me voló la cabeza. Yo tenía 19 años. Manu Ginobili tendría unos 24. Hoy, 14 años después, puedo decir que vi a una selección argentina de básquet ser campeona olímpica y traer una medalla de bronce. Lo que han generado por el deporte (no sólo el de la pelota anaranjada) Nocioni, Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Fabricio Oberto y el maravilloso Luis Scola, entre otros, no tiene parangón. Por lo menos, para mí, ni en el football ni en cualquier otro deporte. Tengo miles de jugadas, de momentos, miradas, actitudes de la llamada Generación Dorada en mis recuerdos. Podría nombrarles tantas que dirán ¿cómo a una piba se le quedó tan adherido a la memoria algo relacionado con el basquet? Pero sí. De los más importantes para mí: la entrada de Walter Herrman en aquel histórico triunfo de Argentina ante Estados Unidos en Atenas 2004, o viniendo más acá, los puntos del Chapu y el enorme pequeño jugador que es Facundo Campazzo durante el eterno partido contra Brasil en el último Juego Olímpico. Pero ya sabemos, que lo más grande que nos pasó a los amantes del deporte junto con el gol de Maradona a los ingleses, fue esto. Gracias, Manu. Te amaré por siempre. Gracias y amor eterno. Abajo de esa montaña final, hay oro.

miércoles, 24 de febrero de 2016

La verdad de las plazas

El 24 de febrero marchamos los trabajadores a la Plaza de Mayo. Esa frase tiene muchas aristas para analizar. Pienso primero en que la fecha es exactamente un mes antes del 24 de marzo: una de las fechas más importantes de nuestra historia. Pienso, luego, en "trabajadores": no eran sólo trabajadores de hecho, sino, tal vez, gente sin trabajo, amas de casas, despedidos ¿Qué nos engloba como trabajadores? Nuestra clase ni más ni menos. La clase que si no es por el empleo, lisa y llanamente, no puede vivir (lo que dista de aquello llamado "clase media"). Pienso en "a la Plaza de Mayo": diría "una porción de la plaza", ya que -a diferencia de lo sucedido en los últimos 12 años- esa plaza se encuentra "recortada". Sólo una porción le pertenece al pueblo. Al avance del pueblo por sobre el Gobierno (que no es el Estado que sí es del pueblo). Pienso en esa plaza que, dos meses atrás, era testigo de un hecho muy poco común: el pueblo ("los trabajadores") despidiendo a un Presidente, colmando ese espacio público. Y entonces pienso en ese espacio público como huella imborrable de la historia. Huella que puede ser tergiversada por el medio o grupo monopólico que quiera, pero los que estuvimos allí, el 24 de febrero, los 24 de marzos, el 9 de diciembre de 2015, 2001, el 27 y 28 de octubre de 2010 (muerte de Néstor), la fecha que quieran, sabemos la verdad de esas plazas. Eso queda, eso es memoria, eso interpela y convoca como nada. No es la plaza de Blumberg, no es la plaza del Campo. Los trabajadores sí tenemos memoria. Soy optimista. Creo que los que no se solidarizan con la movida que se está dando, no lo entienden. No son de clase trabajadora. La clase no se define por su acción. No importa si sale a trabajar o no. Si no tiene conciencia de su clase, por más de que labure 600 horas por día, no es un trabajador. El trabajador, aunque cobre un plan, se solidariza, se moviliza (interna y activamente), se indigna ante la injusticia de los que manipulan al pueblo con mentiras asquerosas sin filtro, como la suba del "40%" a los docentes. Los trabajadores no nos comemos los mocos, ni una. Era fácil estar en la plaza y pensar en que hace dos meses fuimos tristes pero contentos (entendido como plenos) sabiendo que este tiempo hemos sidos empoderados, pero no por Cristina, sino por la soberanía que el pueblo fue construyendo, paso a paso. Por mí puede haber un 30% de personas que elijan a Macri, por ignorantes, por fachos, lo que quieran. Pero sé que hay un 21% que no lo es, que se cegó, se perdió, se distrajo -gran mecanismo para arrasar con los laureles que supimos conseguir. Tal vez muchos de los que votaron en blanco inclusive ahora entienden que no era lo mismo Scioli que Macri. Aunque Scioli no era la panacea (ni el Kirchnerismo lo fuera). Había cosas intocables para Scioli que sabemos que iban a quedar igual. Para Macri no, porque es un títere. Un títere de grupos financieros, monopólicos, seres mucho más demoníacos que él, se los aseguro. Y con el 49% más el 21% somos muchos. Ahora: esperamos a un buen/a candidato/a. Pero en lo que había que pensar hoy, no era en la tristeza o alegría, era en la bronca que tenemos -no miedo- de que quieran reproducir lo sucedido en 2001. No podemos dejarlos. Somos otra sociedad. Que gobiernen como quieran gobernar pero no los dejemos nosotros, los trabajadores. Defendiendo lo nuestro. Nuestro país, porque ellos, claramente pertenecen a otro. Un país de genocidas, déspotas y dictadores. Ese país, definitivamente, nunca más va a ser la Argentina.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Bella Calabaza en el adiós

Voy a ser breve. No hay mucho más que decir. Sólo quiero narrar mis emociones. Los análisis políticos sobran. Hace dos años que no publico nada en este blog o más, y me da pena. Eso han generado las redes sociales. La gente lee lo breve, lo gráfico... Yo no soy así. Y si nadie me lee, para qué escribo. Pero esto lo voy a escribir para mí y para quienes quieran reproducirlo. Hace menos de un mes, Mauricio Macri, el jefe del partido Pro, ganó las elecciones a Presidente en la segunda vuelta. Ganó por muy pocos puntos, por muy pocos votos. Ganó con votos que no le corresponden en un 100% así como a Daniel Scioli, su oponente, no le corresponden sus votos tampoco. Pero, eso es un ballotage. Sin embargo, a pesar de doce años en el poder -y con el desgaste que esao conlleva-, el Partido oficialista sumaba casi la mitad de los votos del electorado nacional. Desde el 22 de noviembre, la vida de ese más de 48% no es la misma. Sí, hubo tristeza, decepción, el inicio de una autocrítica que se hizo esperar, pero de pronto, noto, por lo menos yo desde mi humilde lugar, que hubo un reconocimiento, una revalorización de todo lo que los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner nos han devuelto, o a muchos, entregado por primera vez. AUTONOMÍA. Siento que nos hicieron valorar la autonomía de pensamiento. No me refiero a los fanáticos, ni de un lado ni del otro, hablo de los que supimos realmente capitalizar los logros de estos Gobiernos más allá de los hechos concretos y comprenderlos como batallas ganadas a un sistema político y económico que durante años nos dijo que sólo unos pocos podían interesarse porque unos pocos podían formar parte. Ya no más. Ahora todos podemos formar parte de nuestro devenir político, en democracia. Sin necesidad de estar en una dictadura cruenta y genocida, estamos aquí, plantados para defender, defendernos, defenderlos. Por más críticas a dirigentes del Frente Para la Victoria, por más críticas a decisiones tomadas por la misma Presidenta o lo que fuere, tenemos que unificarnos en este presente AUTÓNOMO pero colectivo. La Plaza de ayer no fue una plaza más. No fue una plaza más tampoco de las tantas que tuvimos estos últimos doce años si quiera. Esta vez, yo sentí, que la plaza fue más nuestra que nunca. Aunque no he vivido el Peronismo de Perón... Pero bueno, hablo por mi parte. Yo también puedo mirar a los ojos a personas que votaron a Cambiemos con la misma convicción que lo hacía en el Gobierno de Néstor, luego de Cristina, de doce años, y hoy siento que es más nuestro que nunca. Aunque el "Jefe" sea Macri. Hoy somos más nosotros los que vamos a plantarnos para que las decisiones sean tomadas o no. Y en nosotros incluyo a todos los argentinos. Y si no lo creen, créanlo. Si queremos que "volvamos a ser Gobierno", aprendamos de los errores, y busquemos un líder que pueda representarnos a todos. Tal vez Scioli haya mostrado sólo una parte de lo que puede dar; tal vez sea otro. No lo sé, pero sí sé que esta búsqueda de líder, de nuevos caminos aprendiendo de los errores previos debe ser firme, constante y direccionada, compañeros. Somos nosotros los que llegamos hasta acá junto a Cristina. Sigamos, no nos perdamos. Fuerza. Mercedes Peluffo.